Existe
una distancia más fría y gris, que aquella que es real e inevitable; la que nos
dicta una razón involuntaria , siendo difícil de aceptar. La lejanía que
enmudece nuestros labios, sin palabras que puedan expresarse, sin llegar al
destino de oídos que deseen escuchar. Un tiempo presente trazado en planos de
carencia , dónde paradójicamente se rebosa la plenitud; ideando no perecer en
sutiles tramas decadentes. Acaso preguntas sin respuestas, miradas sin miras,
entendimientos sin sentidos. Los empinados peldaños en la vertiginosa escalera
de la vida , hace que la lejanía de nuestros pasos no logre atrapar tanta
distancia, que se quiebra.
Poemas-Narraciones
martes, 27 de enero de 2015
Letargos Etéreos
Rozabas mi espalda, tibios tus dedos en una madrugada sin tiempo, mi mente se evadía entre una pasión inventada y un sentir placentero.
Ahora son memoria
en una piel trémula, besos robados de gozo desgarrado entre gemidos desnudos, sólo me frenaba tu boca y palpé
un amor superfluo sin querer darme cuenta de la quimera que me atrapaba.
Mientras en
murmullos eras una razón muda,
aquel razonamiento se diluía entre las
aguas de mi caudal rebosante, dispuesto a no detenerse.
Espejismo de
arena enredando mis poros abiertos entre las dunas de tu cuerpo, iban excitándome en el silencio de una inesperada
habitación.
Torrente de
sangre galopando con fuerza por mis
arterias, con cada embestida de tu sexo se
sucedían las horas, temerosa del acontecer en un amanecer real, tan certero.
Alimentada por
aquellas sensaciones , saboreando su sentido perecedero con una intensidad que llenaba
todos los instantes, aunque fuesen yermos.
En otras
noches despobladas busco tu aliento entre las sábanas grises de ausencias,
perdida entre dardos de carne hiriente,
inhabitada dentro de un ser sin dueño.
No queda
retorno, no sé si regresarás, no hasta
que tu conciencia vague por mis curvas imaginadas.
Y en mi
espera doliente descansa la lejanía de nuestro presente , trazado en el
lienzo de letargos etéreos.
viernes, 16 de enero de 2015
Falaz
Se vistió
sin mirar hacia el espejo gris,
las sombras
de la noche, a golpes la miraban.
Y tras los
escondidos silencios, recordó
el vagar de
sus pasos entre tanta memoria.
Nunca el
cristal la quiso, nunca besó su sien,
por eso con
su puño
quebró la farsa inútil que oculta la verdad.
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