lunes, 28 de abril de 2014

Existe un Lugar




Hay un lugar llamado Montecarmelo, en la zona norte de Madrid, zona residencial de clase media con más que posibles , atravieso las amplias avenidas contemplando áticos de ensueño, terrazas repletas de vegetación con vistas memorables de la ciudad.
  
Pero mis recuerdos me hablan de otro paisaje, años atrás, allí mismo se extendían viñedos, terrenos de olivos, campos de cultivo, naturaleza perdida en desarrollo a la modernidad.

 En ese lugar hubo un tiempo que mi abuelo tuvo un huerto, su perro guardián se llamaba Lunares ,recolectábamos las frutas, las verduras, comíamos bajo las frondosas parras ,durmiendo la siesta estival, al murmullo de la acequia que distribuía el agua limpia y necesaria para el regadío.

 Cuando me aproximo a este paraje, hoy urbano, pienso en él, saboreo su memoria , mis sentidos se despiertan con imágenes de otra vida ya vivida, mirando atrás, siento que pertenezco a este remanso de la nostalgia.

 Creo adivinar la silueta de mi abuelo , escucho el ladrido de Lunares, esperan mi regreso, entre las higueras en el ocaso de la tarde.

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