Se vistió
sin mirar hacia el espejo gris,
las sombras
de la noche, a golpes la miraban.
Y tras los
escondidos silencios, recordó
el vagar de
sus pasos entre tanta memoria.
Nunca el
cristal la quiso, nunca besó su sien,
por eso con
su puño
quebró la farsa inútil que oculta la verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario