Sé ,que habría de hallarme en tu regazo,
imperecedero en mi sentir, a mi reminiscencia.
Mi refugio indemne.
Más no eran tiempos indulgentes.
imperecedero en mi sentir, a mi reminiscencia.
Mi refugio indemne.
Más no eran tiempos indulgentes.
Hablaban de tu tez morena , negro cabello, ojos
miel.
Tu partida temprana, dejó mi niñez solitaria,
las zarpas malévolas de tu sino ,predestinando al mío.
Urdiéndote, te adivino.
Tu partida temprana, dejó mi niñez solitaria,
las zarpas malévolas de tu sino ,predestinando al mío.
Urdiéndote, te adivino.
Acaso, poseías una silueta espigada,
delicados tus suspiros, como frágiles porcelanas.
delicados tus suspiros, como frágiles porcelanas.
Había sutileza en tu aroma , aromas de canela.
Serían recias tus manos, alongados tus dedos.
Son recuerdos ajados.
Serían recias tus manos, alongados tus dedos.
Son recuerdos ajados.
Me aferro en tu carencia, me instigan a olvidarte,
no es mi deseo. No, no quiero.
A mi vera tus breves años, de soslayo.
Pero juiciosa en tus esencias , esencia de mujer,
me confiaste al amparo, de quien amabas.
no es mi deseo. No, no quiero.
A mi vera tus breves años, de soslayo.
Pero juiciosa en tus esencias , esencia de mujer,
me confiaste al amparo, de quien amabas.
segaría malezas despejando las rutas, rutas de mi vida.
Me mostraría tu presencia , difuminando tu partida.
Pronunciando, las palabras en tus silencios.
Vitoreando, los sonidos de tu voz .
Nunca ya , ausente en mí.
Nunca ya, tu voz ausente.
Nunca ya, tu voz ausente.
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