miércoles, 5 de marzo de 2014

Desde el Foro




Hoy, he descubierto el atardecer junto al Palacio de Oriente, entre sus jardines verdes, sus abetos imponentes, sus setos impecables. Esas estatuas blancas que parecían expresarse, con la majestuosidad de este edificio emblemático de la ciudad de Madrid, me abrazaban el espíritu del recuerdo, en mi reminiscencia.
El cielo rojizo se desvanecía en la tarde, entre tejados y viandantes, la luz perpetraba por las calles con una intensidad transparente rozando lo divino , la magia de volver, de sentir que nunca te has ido.
Amo mi ciudad, que me vio nacer , amo poderosamente sentirmebienvenida, como si los años de mi ausencia nunca hubiesen existido y retomara el pulso en el preciso momento intacto, en el que lo dejé.
Encuentro a mis amigos como si los hubiese visto el día anterior, me contemplo privilegiada de tenerlos, de abrazarlos, de experimentar que aún el paso de décadas, continuamos hablando un mismo lenguaje.Las palabras de la ternura, de la nostalgia, del placer dichoso de compartir de nuevo.
A manera de,  partícula a su elemento o materia a su sustancia, me mezclo con los ruidos, las prisas, el tumulto, sin  ser consciente. El ritmo frenético recorre por mis venas, olvidándome de dónde vengo,  de saberme de paso ,sin importarme adónde voy. Porque ya sé, que estoy en mi lugar, en mi sitio.
Intensamente viviré estas estancias que harán rejuvenecer mis fuerzas ,  que habrán de resarcir mis carencias ,disfrutaré de aromas repletos de sentimientos, me emborracharé de emociones recuperadas.
Y en la locura de la gran ciudad, yo me sentiré más cuerda que nunca.

 

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