Divagaba por callejuelas o atajos,
como saltando de acertijos a enigmas.
Borracha de la luna.
Anhelaba caricias con remitente,
vivía aventuras, moría desesperanzas.
Sorprendida por el tiempo, por sus pasos.
Al transcurrir de los años.
como saltando de acertijos a enigmas.
Borracha de la luna.
Anhelaba caricias con remitente,
vivía aventuras, moría desesperanzas.
Sorprendida por el tiempo, por sus pasos.
Al transcurrir de los años.
Inalterable
su guiño de mujer,
impávido su dolido corazón.
Como mariposa extraviada,
prendida en telas frágiles,
por la araña impetuosa de la vida.
Al abrigo de vaivenes inesperados.
impávido su dolido corazón.
Como mariposa extraviada,
prendida en telas frágiles,
por la araña impetuosa de la vida.
Al abrigo de vaivenes inesperados.
Soñaba como
ninfa en encantado bosque,
divina en su
feminidad.
Esperando que de su costado herido,
brotasen nuevas alas poderosas,
que la condujesen a territorios vírgenes.
Al sosiego de momentos denodados.
Esperando que de su costado herido,
brotasen nuevas alas poderosas,
que la condujesen a territorios vírgenes.
Al sosiego de momentos denodados.
Sus
recuerdos en veleros náufragos,
al olvido las lágrimas que fueron mar.
Desterrados los retazos de un pasado,
bañándose en olas de sonrisas.
Al cobijo de la madurez alcanzada.
En su paladar fruto de almíbar, frutos amados.
Al transcurrir de los años.
al olvido las lágrimas que fueron mar.
Desterrados los retazos de un pasado,
bañándose en olas de sonrisas.
Al cobijo de la madurez alcanzada.
En su paladar fruto de almíbar, frutos amados.
Al transcurrir de los años.
Sorprendida. Divina.
Al tiempo de la madurez.
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