martes, 18 de febrero de 2014

Derrotar al Recelo


 


Tercamente expandía sus brazos,
afanándose en liberar sus manos.
Con el deseo de saber su nueva perspectiva
retomando el seducir añejo de su  mirada ingenua.

Navegar, a sueños postergados.
Naufragar,  de fracasos estrepitosos.
Palpitaban las vivezas  escondidas.
Encontraba sus perdidas esencias.

Aún tropezaba torpemente, niña desvalida.
Sucumbiendo, en  miedos fatuos,
escuchándose en inseguridades ajenas.

Visualizaba senderos, imaginaba vallados.
Puertas abriéndose, de para en par, cerraduras al olvido.
Capaz de doblegar ventanas , sin fieros barrotes quietos.

A sinrazón mermada, su elocuente inteligencia.
En sigilos, su venturoso desvelo.
En rebeldías sus impulsos sin freno,
la locura desatada de sus motivos.
Su entendimiento, sin brumas, sin límites difusos.

Asida a un grito profundo, desde sus entrañas.
Despertaba a la vida,
descartaba preguntas.
Huida  de quimeras, en plácida morada,
en el sentido de  su propia existencia.

Tomados los designios de franqueza,
abrazaba las alas de esperanza.
Sin atisbos al pasado ya vivido,
viviendo el presente sin la  duda.
La valentía  de una mujer, al respeto recuperado.
Atrapando su confianza, derrotando  al recelo.



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