Nube ceniza, espesa,
ocultando
la luz de las distancias.
En
la playa desértica, y tan ajena,
no
calculo las aguas del intrépido mar,
que
me viran en un tránsito estéril,
-no
es cómplice en mi orilla-.
La
oquedad de la fuga
aplasta
mi imaginaria visión,
sucumbiendo
en olvido, cual cautiva de sal,
en
este inmenso abismo.
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