Vino apasionado que
derramaste en mi tálamo
en la colcha ardiente de
nuestro hálito,
rojo intenso como vivaz
sangre.
El sabor dulzón vertido
en nuestros vientres
sortilegios en las sombras,
en mis ansias.
Bebida embriagadora, embriagando
mi mente.
Puedo atraparte, puedo poseerte.
Mi ser diluido en tus labios,
resbalándome entre tus
brazos,
perpetrando en tu cuerpo.
Sorbos fieros, locura de un estío
al unísono un retozar
salvaje.
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