domingo, 6 de abril de 2014

Una Historia por Narrar




De la lejanía oscura provenían unos estruendosos ruidos debía estar sucediendo algo importante, pero ella no alcanzaba a adivinarlo, llegaba con retraso ...

Era la reunión clandestina de todos los viernes, le habían  insistido tanto otros compañeros para que asistiera, que aquella noche  se había decidido, sin embargo algo le hacia pensar que no resultaría ser una buena idea.
En la residencia de estudiantes , en la facultad de derecho era un secreto a voces, que algunos alumnos se reunían en lugares secretos , aunque nadie  sabía muy bien con que propósito o en base a que intenciones.
Corrían rumores de que en esas asambleas se sucedían una serie de acontecimientos de muy dudosa reputación, celebraciones  desenfrenadas lujuriosos encuentros , invocaciones satánicas , rituales de magia negra.
Eran muchos los chismorreos al respecto, sin embargo elucubraciones a parte, aún no se había topado con alguna persona  que estuviese dispuesta a desvelar los misterios de tales hechos,o lo que sucedía realmente.
Aquellos temas de ocultismo despertaban su interés, había de confesar que le  atraían, infundiéndole cierto recelo,era una situación inquietante, a sus oídos  llegaban historias que le ponían el vello de punta.
Pero su cometido era investigar, consiguiendo un buen artículo para su revista, no se trataba tanto de creer o no en ellos, si no de tenerlos  en respeto.
En esa nocturnidad de noviembre ante aquella entrada gótica , siniestra, un escalofrío le recorría  todo su cuerpo ,estaba inmóvil ante la verja oxidada, la curiosidad morbosa  que sentía le impedía retroceder, incapaz de dar la  marcha atrás.
Era la medianoche, reinaba un frío aterrador, una niebla espesa cubría los jardines descuidados de alrededor de la casa, semejaba un pequeño palacete estaba muy abandonado ,en estado ruinoso , las ventanas desvencijadas, los cristales rotos, casi engullido  por la  frondosa vegetación circundante, envuelto en una aureola de tinieblas que presagiaban malos augurios.
Estaba temblando , se sentía helada o tal vez era la sensación de miedo que comenzaba a experimentar, en un lateral del viejo muro de la edificación casi cubierta por la maleza descubrió una campanilla , extendió el brazo para tocarla avisando de su llegada, antes de que se produjese el sonido de la misma, escuchó unos pasos firmes que se aproximaban.
No atinaba a girar la cabeza, era como una estatua de piedra, se preguntaba quien podría ser,de pronto una tos sospechosa rompía el silencio sepulcral, al tiempo se  percató que había cesado al algarabía anterior ,se respiraba una calma asfixiante, de nuevo esa tos sospechosa, le hicieron estremecerse despertando   sus cuitas, que empezaban a dejar de ser infundadas.
No obstante atenta a las mismas ,intuyó de quien podrían ser,no daba crédito, dudaba, dudaba sobremanera, se  bombardeaba a preguntas sin repuestas, aquella tos...aquella tos...le resultaba familiar, se esforzaba en reconocerla.
Hasta que plenamente convencida supo a quien pertenecía, era la garganta rasposa e inconfundible del decano, a velocidad de vértigo pensó qué demonios vendría a hacer allí, acaso el  participaba en aquellos rituales, se acercaba a ella inexorablemente,no sabía como actuar, no hizo nada.
No dejaba de repetirse una y otra vez, el por qué se habría dejado convencer, encontrándose ahora en esa tesitura tan incómoda.
Por otra parte era lo habitual ,siempre  tropezaba con aventuras de diferente índole , complementaban, daban sentido a su quehacer de narradora de historias ,sabiendo que aquella noche, que en aquel lugar,  encontraría una digna de ser narrada...

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