sábado, 21 de junio de 2014

Mar Calma




Nubes cenizas, espesas, plomizas,
ocultando la luz en la etérea distancia
que claman palabras perdidas.

Aguas intrépidas y altivas,
sonido de impávida indiferencia
en la playa desértica.

No era la mar calma.
Siendo una oquedad  imaginaria,
como un tránsito virado a otra vida.

Su complicidad, rompiéndome, en la orilla.
Estaba fugitiva y cautiva,
en las inmensidades oceánicas.

De mi abismo.




1 comentario:

  1. Marisa, poeta, cómo te superas. Son metaforas del alma sedienta que busca a la mar como un desierto de arena y agua.
    Mil besos

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