viernes, 28 de febrero de 2014

En el Equívoco




Si pensamos que a cierta edad adulta, se disipan nuestros miedos y se ignoran nuestras vacilaciones, nada menos cercano a la realidad.
Siempre desde la humildad, habremos de darnos cuenta ,  que el aprendizaje a lo largo de nuestra existencia es constante, que no poseemos la verdad absoluta sobre ninguna cuestión que se nos presente. Que tan humano e irremediable es dudar, como equivocarse, aunque nos parezca confuso e imperdonable, aunque nos desenfoque el encuadre ya premeditado.

Algunos piensan que los peregrinajes están recorridos, que conocen todos los itinerarios alternativos, pero un buen día ante decisiones cruciales, descubren que han extraviado el norte.
¿Quién no pierde el derrotero en algún momento de su existir?

No todos ven su conciencia, continúan caminando aturdidamente, despistándose ellos mismos, turbando al resto que los contempla.
Otros rectifican y asumen , repasan los cimientos, reparan el tejado ,prosiguen construyendo sus moradas que habrán de ser firmes, al término.

Quien torpemente se cree invencible y todopoderoso, se engaña, le aprisiona la soberbia .Y una mañana al despertar sin más, descubre que no atina ni a apagar el despertador, entre el sueño poco reparador que lo alienta o el peso de la vida en si mismo que lo abruma.

Entonces libremente, observemos nuestro interior, escuchemos nuestro corazón, relajemos nuestra cabeza, tolerándonos a nosotros mismos que nos equivocamos, tolerando al resto que también se equivoca. No nos olvidemos, que en algún  momento puntual de la travesía,  todos seremos iguales ríos que confluiremos en el mismo mar.

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